La comida es un deber.

Todo ser humano necesita comer, pero ¿qué mejor forma de hacerlo que de paso sean una delicia para el paladar?

Lo malo es que ahora vamos a un ritmo muy alto, corriendo de un lado para otro, comiendo mal y enfermamos por este nivel de vida tan ajetreado y por cuidarnos tan mal.
Pues hay dos soluciones para evitarlo:

1. ¿Qué tal pedirle a tu madre o abuela que te haga la comida? Quedarías como un bago y un fresco, además, cuando estés solo deberías de pedir la comida rápida y volveríamos al círculo de intoxicación moderna.
2. ¿Qué tal aprender recetas fáciles, deliciosas, sanas y baratas? Serías el chef de la casa, y siguiendo el nivel ajetreado.

Para ver recetas de este estilo, puedes descargar aquí un archivo con direcciones web de diferentes blogs que te darán muy buenas ideas a la hora de sorprender a los comensales. Pincha aquí.